•
PSUV y MUD, dos caras de la misma moneda del poder corporativo mundial,
instrumentalizan en nuestro ámbito nacional la expoliación y el saqueo
de nuestras riquezas y de las conquistas sociales del pueblo; son
corresponsables y protagonistas de la macro crisis moral, política,
económica, social y cultural que sufrimos; no son solución por sus
corruptelas, traiciones, irresponsabilidades históricas y apego a los
fracasados esquemas estatista autoritario y neoliberal excluyente,
empobrecedores de la nación y el pueblo. Por tanto, ellos (gobierno y
oposición) no son la solución, son el problema.
•
El esquema bipartidista y de conciliación de élites que mantienen
gobierno y oposición a espaldas del pueblo, asfixia el diálogo promovido
por Unasur y el Vaticano en Caracas, por lo que su fracaso es
previsible. Junto a los amplios sectores excluidos, exigimos su
ampliación para dinamizarlo y nutrirlo con capacidad de entendimiento y
solidaridad frente al fracaso del PSUV y la MUD, cuyos dirigentes han
sido y son parte del problema
• Proponemos la creación colectiva e integradora de un Frente Amplio Nacional Constituyente con
direccionalidad sociopolítica, honestidad y decisión de lucha, que
articule a través del pueblo constituido en un tejido social y político
de carácter permanente la configuración. ejecución y modificación de la
política nacional para la transformación de las deprimidas condiciones
materiales de vida de los venezolanos
•
Declaramos nuestro compromiso de lucha a favor de la justicia y la
dignidad nacional, y contra la corrupción de los burócratas civiles y
militares, políticos y empresarios traficantes que se han enriquecido
saqueando recursos del pueblo y generando perjuicios graves e
incuantificables a nuestra sociedad y su economía
•
Los movimientos sociales tienen fuerza, experiencia, capacidad
organizativa y apego a los derechos soberanos para emerger
consistentemente y superar el actual estadio deplorable de la sociedad
venezolana
•
Llamamos a la mayoría inconforme de venezolanos y venezolanas a unir
esfuerzos encomiables para superar las miserias del bipartidismo del
siglo XXI y comenzar -desde ya- el largo proceso de reconstrucción moral
de la República que garantice los derechos soberanos de nuestro pueblo
¡Al pueblo de Venezuela!
¡A los movimientos sociales defensores
de los derechos soberanos!
¡A la mayoría inconforme con el bipartidismo
del siglo XXI!
¡A quienes con optimismo se proponen luchar y vencer!
Venezuela
es un país saqueado, con la economía más descapitalizada del mundo por
la exportación de divisas sostenida durante al menos las últimas cuatro
décadas a manos de las corrientes extractivistas, neoliberales,
antinacionales y corruptas que han conducido los asuntos públicos y
económicos privados de la nación.
Los
saqueadores tienen nombre y apellido: el PSUV nucleado en el gobierno y
la oposición inmersa en la MUD, operadores de dicho saqueo orquestado
conjuntamente con el poder corporativo mundial que expolia nuestras
principales riquezas, al tiempo que alimenta y promueve a los
saqueadores nacionales que, a su vez, destituyen al pueblo venezolano de
sus derechos soberanos y conquistas sociales.
Precisamente
por culpa de esos saqueadores nacionales, expresión del saqueo
corporativo mundial de Venezuela, sufrimos una macro crisis moral,
política, económica, social y cultural que maltrata a nuestro pueblo y
reduce las enormes potencialidades de Venezuela como nación
soberana, independiente, productiva y solidaria. Son los sectores más
desposeídos y las clases medias, quienes soportan ese proceso de
empobrecimiento brutal que en los últimos años ha pulverizado el poder
adquisitivo de sueldos y salarios de trabajadores y trabajadoras, así
como el de las jubilaciones y pensiones que bien merece la población
adulta que ha cumplido su etapa productiva activa al servicio de la
sociedad.
El
persistente proceso de dilapidación de recursos públicos, corrupción
política y administrativa, endeudamiento público externo e interno,
irresponsabilidad y abandono del vigor de la función pública honesta y
eficaz -más la descarada hipocresía tanto del gobierno como de la
oposición, responsables de tanto desatino-, han colocado a Venezuela en
el peor de los estadios de América Latina y el Caribe, y tal vez del
mundo, si se relaciona proporcionalmente nuestra población y territorio
con los inmensos recursos naturales, infraestructura y planta económica
pública y privada.
Desde
la década de los años setenta del siglo pasado hasta hoy, esa pérdida
de valores y sentido histórico en la función pública ha sido continua,
por lo que la actual macro crisis es corresponsabilidad de los factores
políticos, económicos y comunicacionales del bipartidismo del siglo XX y
del bipartidismo del siglo XXI, que hoy simbolizan el Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la Mesa de Unidad Democrática
(MUD), antes Movimiento V República (MVR) y Coordinadora Democrática.
PSUV
y MUD no son solución o alternativa a la macro crisis, precisamente por
sus corruptelas, traiciones, irresponsabilidades históricas y apego a
los fracasados esquemas estatista autoritario y neoliberal excluyente,
empobrecedores de la nación y del pueblo, a pesar de los gigantescos
ingresos petroleros. Gran parte de esos recursos ha sido dilapidada
irresponsablemente, robada al pueblo y a nuestra sociedad mediante mil
mecanismos de expolio; y trasladada al exterior codiciosamente en un
largo proceso de acumulación delictiva y legitimación de capitales en
muy diversos países de América, Europa, Asia y sus mal llamados
“paraísos fiscales”.
AMPLIACIÓN SOCIOPOLÍTICA
DE LA MESA DE DIÁLOGO
Ese
esquema bipartidista asfixia el diálogo promovido por Unasur y el
Vaticano, en Caracas. Su fracaso es previsible. Junto a los amplios
sectores excluidos, exigimos su ampliación para dinamizarlo y nutrirlo
con capacidad de entendimiento y solidaridad frente al fracaso del PSUV y
la MUD, cuyos dirigentes han sido y son parte del problema, aunque se
muestren como únicos y excluyentes factores de abordaje y superación de
los enormes perjuicios y obturaciones que ellos mismos han descargado
sobre la sociedad venezolana, su economía y modos de vida.
El
diálogo que se ha instaurado -tanto en su configuración constitutiva
como en su contenido- es de élites y para favorecer a las élites
corruptas de los saqueadores nacionales, expresiones locales del poder
corporativo mundial: PSUV y MUD.
En
consecuencia, solicitamos a los promotores internacionales del diálogo
–Unión Suramericana de Naciones y Estado Vaticano- la ampliación urgente
y efectiva de las mesas de discusiones y evaluación de la macro crisis,
para garantizar enfoques independientes, consistentes y ajenos a la
diatriba estéril de los factores del bipartidismo del siglo XXI, que
hasta ahora han monopolizado, condicionado y arruinado los esfuerzos
para la superación del lamentable estadio de sufrimiento que durante
décadas han ido motivando y usufructuando miserablemente. No es lógico
ni serio imaginar que el cepo bipartidista PSUV-MUD pueda aportar
soluciones viables y aceptables con su carga de corrupción,
irracionalidad, irresponsabilidad, mezquindad e insensatos dogmatismos.
La
inmensa mayoría del pueblo venezolano ha expresado por encima del 80
por ciento en diversas encuestas, su respaldo activo al diálogo de
compromiso, responsable y eficaz que los dirigentes del PSUV y la MUD no
han sido capaces de asumir. Desde 2002, todos los esquemas de diálogo
bipartidista han fracasado en Venezuela, y han empeorado las tendencias y
dinámicas políticas, económicas y sociales.
Un
supuesto “diálogo” entre cínicos e hipócritas que esconden su
corresponsabilidad como determinantes de los males que sufrimos, está
destinado al fracaso, como ya se está observando nuevamente, vistas las
destemplanzas -y hasta ridiculeces- de muchos dirigentes
del PSUV y de la MUD; además del contenido mismo del diálogo, que en
nada favorece a los de abajo ni contiene propuestas dirigidas a acabar
con la destitución de los derechos sociales, de la que ha sido víctima
la mayoría del pueblo venezolano, tantas veces traicionada.
Siendo
defensores de la paz de la República, luchadores por los derechos
sociales del pueblo venezolano, somos partidarios de un diálogo exitoso
que recoloque la política en sus dimensiones éticas y solidarias para
fortalecer la democracia venezolana con participación efectiva y
decisiva del soberano, desde sus espacios de vida y trabajo, en ciudades
y campos, en la agricultura, la cultura, el comercio, la industria y
los servicios públicos y privados.
Esto
supone un dialogo muy distinto al que se han planteado y han instalado
los saqueadores de la República, PSUV y MUD: un diálogo en beneficio de
los de abajo, los más sufridos en esta crisis y, por tanto, los más
necesitados del diálogo constructivo en favor de la democracia que
valora y cobija a los más débiles, a quienes el diálogo de élites
instrumentado por los saqueadores en nada les beneficia.
Así,
el diálogo debe concebir y recoger múltiples propuestas en beneficio de
los trabajadores y en favor de los sectores pobres y de clase media
afectados por la macro crisis que asfixia a Venezuela.
Exigimos
que el diálogo tome en cuenta las demandas de los ciudadanos de a pie, y
no como hasta ahora viene sucediendo: un diálogo instrumentado y
dirigido a favorecer las cuotas de poder de los de arriba, a los
saqueadores de la nación que destituyen los derechos sociales de nuestro
pueblo.
RECONSTRUCCIÓN MORAL DE LA REPÚBLICA
Este
proceso de destrucción nacional se ha venido cumpliendo casi
indefectiblemente, con la exportación masiva de capitales y la
implantación de las tendencias neoliberales desde la pasada década de
los años ochenta; y con la implantación del “marketing político”
estadounidense desde los años setenta, que entre otros efectos ha
demolido la tradición histórica, ideologías y tesis programáticas de
los partidos políticos venezolanos, de acuerdo con el vaciado de
contenidos impuesto en conjunción con los medios de comunicación social,
agencias de publicidad y asesores nacionales e internacionales en
mercadeo de la política. Dicho proceso ha sido gravemente acelerado y
profundizado por el uso masivo de la redes sociales, en las cuales
mentir no es pecaminoso y olvidar compromisos electorales es parte de la
cotidianidad, una real estafa a la fe pública de electores y electoras,
así como de la sociedad toda, manipulada, engañada y traicionada.
Esa
enorme crisis se fue acumulando hasta finales del siglo XX, y dio paso a
la propuesta democratizadora del Polo Patriótico en 1998, con justicia
social y revitalización moral de la República, la cual fue traicionada y
pervertida por actores clave del gobierno del presidente Hugo Chávez
Frías, hipertrofiando todas las lacras del pasado bipartidista del siglo
XX, hasta implosionar durante la gestión de su heredero político
Nicolás Maduro Moros, en interacción irresponsable y fratricida con los
factores políticos, económicos y comunicacionales agrupados primero en
la Coordinadora Democrática y hoy en la Mesa de Unidad Democrática
(MUD).
Ambos
bandos forman parte del mismo saqueo orquestado de las riquezas
nacionales y de la destitución de los derechos sociales del pueblo
venezolano, apoyados y fomentados por el poder corporativo mundial que
los manipula y sostiene.
Tres
elementos fundamentales denotan que gobierno (PSUV) y oposición (MUD)
contribuyen recíprocamente al saqueo de las riquezas nacionales y a la
destitución de los derechos y conquistas sociales del pueblo, sirviendo
al poder corporativo mundial:
1)
El cambio de posición del gobierno en el tablero de la política
internacional, ahora amigo y operador nacional de los intereses
transnacionales que otrora decía combatir;
2)
La continuación por parte de la oposición del mismo espíritu lacayo y
apátrida que los une y agrupa en contra de los débiles y a favor de los
poderosos, cuestión que ahora comparte de manera conjunta con el
gobierno y el PSUV;
3)
El carácter constitutivamente corrupto de ambos bandos, saqueadores del
erario y traidores a los principios ético en el ejercicio de la función
pública.
FRENTE AMPLIO NACIONAL CONSTITUYENTE
No
se debe subvalorar la corresponsabilidad del PSUV y la MUD. Insistimos:
a efectos del saqueo y la destrucción de los derechos del pueblo,
representan un mismo proyecto destituyente de lo social popular; y son
protagonistas de la corruptela, lo clientelar y lo elitista. De ahí, que
sean parte del problema y, por tanto, nunca la solución; su dinámica
polarizadora es falsa y artificial, dado que defienden el mismo proyecto
histórico post-neoliberal, y desde esta falsedad -por razones de
sobrevivencia política- los dirigentes de ambos bandos, junto a los
factores de poder que les dan soporte en el actual desorden de cosas,
hacen ingentes esfuerzos fácticos e institucionales, para invisibilizar a
las corrientes sociales y políticas que les enrostramos culpas y
traiciones a la paz y a los derechos inalienables del pueblo venezolano.
Importa
mucho enfatizar, que los liderazgos políticos y sus enriquecidos socios
comerciales que con los partidos políticos del Gran Polo Patriótico
(GPP) y la MUD han llevado a la ruina a nuestro país, deben ser
identificados y criticados consistentemente para no sucumbir ante el
fuerte empuje de su excluyente y mentirosa estrategia bipartidista
polarizadora.
Simultáneamente,
llamamos a la mayoría inconforme de venezolanos y venezolanas a unir
esfuerzos encomiables para superar las miserias del bipartidismo del
siglo XXI y comenzar -desde ya- el largo proceso de reconstrucción moral
de la República; y a enlazar a los diversos sectores sociales,
políticos, económicos y culturales opuestos a los fracasos evidentes del
estatismo autoritario y el neoliberalismo excluyente, ambos
empobrecedores y expoliadores.
Proponemos la creación colectiva e integradora de un Frente Amplio Nacional Constituyente con
direccionalidad sociopolítica, honestidad y decisión de lucha, que
articule -a través del pueblo constituido en un tejido social y político
de carácter permanente- la configuración, ejecución y modificación de
la política nacional para la transformación de las deprimidas
condiciones materiales de vida de los venezolanos.
Este Frente Amplio Nacional Constituyente -articulado
desde el tejido social y con funciones permanente- debe ocupar los
espacios de defensa de los derechos sociales, la soberanía nacional y
los equilibrios ecológicos de tenor estratégico.
Declaramos
nuestro compromiso de lucha a favor de la justicia y la dignidad
nacional, y contra la corrupción de los burócratas civiles y militares,
políticos y empresarios traficantes que se han enriquecido saqueando
recursos del pueblo y generando perjuicios graves e incuantificables a
nuestra sociedad y su economía.
Denunciar,
perseguir penalmente y lograr condenas judiciales ejemplarizantes a los
corruptos depredadores, es un proceso indispensable para desmontar el
entramado mafioso existente en Venezuela, y comenzar un esfuerzo
transparente y constructivo de repatriación de capitales y confianza
para la inversión productiva en Venezuela.
LUCHA CONTRA LA DELINCUENCIA
Parte
de la descomposición bipartidista es el nefasto y sanguinario desmadre
de la delincuencia que roba, atraca, secuestra, extorsiona, asesina y
degrada a nuestra juventud con el consumo y tráfico de drogas
provenientes de Colombia, problema binacional muy grave y letal.
Sin
el ataque contundente a las mafias militares y policiales que por
codicia y hedonismo se han volcado contra la sociedad en complicidad
activa y protectora con las más diversas bandas delictivas, no podremos
con este monstruoso fenómeno lacerante, desarticulador de las fuerzas
productivas del país, que ensangrenta y arruina a la familia venezolana.
Igual ocurre con corrompidos funcionarios del Poder Judicial, del
sistema carcelario y del Ministerio Público que han hecho de la venta de
diversos grados de impunidad a los delincuentes un sucio negocio para
el enriquecimiento ilícito, convirtiéndose en principalísimos
reproductores de la delincuencia que por decenas de miles asesina
anualmente a jóvenes y adultos.
Desde
dentro, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y los cuerpos nacionales,
regionales y municipales de policía e investigación criminal, tienen
una enorme responsabilidad de saneamiento institucional que evite la
impunidad tradicional que durante décadas ha sido uno de los mejores
aliados del delito.
Esta
terrible tendencia desmoralizadora y criminal debe ser revertida
también desde los poderes Ejecutivo, Judicial y Ciudadano dentro del
proceso de reconstrucción moral de la República, junto a todos los
sectores educativos, religiosos, comunicacionales, culturales y
políticos realmente comprometidos con una Venezuela libre de violencia,
corrupción, consumismo, exacerbado individualismo y traición a los
valores patrios.
ECONOMÍA MIXTA INTEGRADORA
La
actividad económica nacional debe ser asumida por el pueblo organizado
en unidades de producción; los empresarios con verdadero sentido de
responsabilidad social; los trabajadores, profesionales y técnicos
comprometidos con el desarrollo nacional; y los servidores públicos
honestos conscientes de su rol integrador.
Una
economía mixta integradora es indispensable, con soportes científicos y
tecnológicos que universidades y otros centros de investigación deben
asumir en futurista imbricación con los desarrollos mundiales
respectivos, asegurando nuestra soberanía nacional, los derechos
sociales de la fuerza laboral y los rendimientos económicos y
financieros de las unidades de producción para su consolidación y
crecimiento sostenido.
La
irracional e irresponsable confrontación por el poder político
protagonizada por los agentes bipartidistas desde 1998 hasta el
presente, han destrozado la economía venezolana. Esta es la verdad.
La
carga de intolerancia de las políticas estatistas y neoliberales en
conflicto, los conocidos mecanismos de corrupción y saqueo de nuestra
economía durante casi medio siglo, más el masivo endeudamiento público
de los últimos años con increíble despilfarro de los gigantescos ingreso
petroleros, han hecho de la economía venezolana un verdadero desastre,
en el que la corrupción desbordada, el desorden, el abuso de poder y la
incapacidad durante los gobiernos de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro
Moros han sido determinantes.
Conocimientos,
métodos y compromisos productivos con eficiencia y visión estratégica
deben ser asumidos por las nuevas corrientes políticas y sociales, en el
proceso de superación de las miserias del bipartidismo del siglo XXI.
En esto, la honestidad personal y el perfil deontológico de
trabajadores, técnicos y profesionales en el desempeño público y privado
de la economía deben ser reinstalados transversalmente en la sociedad
venezolana. No es solo cuestión de números, importa mucho la
reconstrucción moral de nuestra destrozada sociedad: pensar distinto,
hablar distinto y actuar distinto. Sin este cambio interior colectivo no
será posible relanzar nuestra economía y propiciar medios de vida
apropiados para la felicidad de nuestro pueblo. Unir el torrente
productivo nacional es el reto, con amplitud, flexibilidad y sapiencia.
FUERZA SOCIAL ACTIVA
Los
movimientos sociales tienen fuerza, experiencia, capacidad organizativa
y apego a los derechos soberanos para emerger eficazmente y superar el
actual estadio deplorable de la sociedad venezolana, asumiendo
responsabilidades, construyendo, cultivando valores desde las
comunidades, centros de trabajo y estudio, y principalmente desde la
familia. Se requiere agregar a lo anterior, claridad estratégica y
táctica para la configuración de la unidad de los diversos sectores
sociales, capaz de restituir al pueblo en sus derechos soberanos
conculcados.
El Movimiento Popular Alternativo está
comprometido con estas líneas estratégicas de acción para la superación
social, discutidas y consensuadas en la ciudad de Mérida, los días 18 y
19 de noviembre del corriente.
Con
optimismo y decisión, nos apartamos de la cultura del quejido y la
inhibición impuesta por los factores bipartidistas cultivadores de la
excluyente polarización, forma de dominio y enceguecimiento colectivo
que nos proponemos desmontar estimulando el movimiento de movimientos,
la unión para la acción consciente y eficaz.
El
abuso de poder y el violentismo recurrentes impuestos por el PSUV y la
MUD no han hecho más que maltratar a nuestra sociedad, causando decenas
de asesinatos, miles de heridos y destrucción material y espiritual. No
militamos en sus corrientes de odio, control social e irresponsabilidad
histórica. Seguros estamos de las enormes potencialidades del pueblo
venezolano por caminos de paz, construcción y solidaridad.
Somos
optimistas, seguros del inmenso caudal social, político y cultural
capaz de enderezar el rumbo desastroso que el bipartidismo del siglo XXI
ha impuesto a Venezuela.
¡Vamos juntos, unamos sueños y capacidades de lucha en solidaridad, decencia y bondad al servicio de nuestro pueblo!
Es
hora de que la mayoría inconforme e independiente decida el futuro de
la nación, por encima de las dificultades y los sentimientos de
frustración impuestos por los estrategas de la falsa y artificial
polarización asfixiante y depredadora, defensora a una misma vez del
mismo proyecto histórico de acumulación delictiva de capital mediante el
expolio de las riquezas nacionales y la destitución de los derechos
soberanos conquistados por históricas luchas del pueblo venezolano.
¡Nuestra fuerza es la unión!
¡Por un nuevo torrente sociopolítico transformador!
¡Venezuela es patria de triunfadores!
¡Por la reconstrucción moral de la República!
MOVIMIENTO POPULAR ALTERNATIVO (MPA)
Mérida, 19 de noviembre de 2016